Carmen Garrido Herranz.-DAI

El comienzo de curso me pareció simplemente genial, más cerca del espectáculo que de la arquitectura, pero que se dejaba llevar por ambos caminos. Fue una experiencia muy gratificante y novedosa, que difícilmente se volverá a repetir. Los trabajos de cartografías aunque en un principio muy abstractos acabaron metiéndome en una dinámica de probar y hacer cosas nuevas hasta el punto de querer imitar, dentro de lo que cabe a Yves Klein, el momento cumbre de este cuatrimestre. Al cambiar de tercio, la motivación descendió, ya que me daba mucha pereza volver a trabajar sobre Cuenca, y de ahí mi poco empeño en la maqueta, que sin embargo me atrajo el meternos en la tercera dimensión. Seguí trabajando, sin mucho ímpetu, más bien solo por intentar cumplir, con altibajos, momentos en los que me sobraba motivación pero se desvanecía sin saber porque, hasta que a pocas semanas del final, una corrección me hizo ver que no era suficiente. Abrí los ojos, pero estaba todo muy oscuro, estaba perdida en medio de maquetas, secciones, referentes....Intente romper con lo que tenia, porque no me gustaba, aunque no encontraba el camino por donde hacerlo, quise "volver al comienzo", y me sumergí aun más en la nada. Solo quedaba una semana de clase...solo una, y por hacer...todo. Así que, borrón y cuenta nueva. Nada es imposible. Puse una entrada en el blog y me replantee este mes y pico de trabajo. Lo primero, la maqueta. ¿Como? Con referentes, y volvió a asomar la patita Libeskind, esta vez estudié más sus obras, sus maquetas, sus ángulos agudos, su verticalidad y su natural brusquedad. Quizás no fuese una maqueta demasiado compleja, le faltaba profundizar en el patrón/matriz, pero al menos me gustaba, y estaba cómoda con ella. De ahí nació la galeria de arte, a base de esquinas y rincones, cubiertas inclinadas y son larguísimas salas. Trabajé con esa idea, en planta, en sección, vista aérea, interiores...y por fin volví a disfrutar como a principio de curso. La pena de todo esto es que desperté tarde, pero al menos desperté.